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15 de diciembre de 2025

DÓLAR: LAS BANDAS CAMBIARIAS SE AJUSTARÁN POR INFLACIÓN

El BCRA emitió un comunicado que detalla las medidas donde resalta que las bandas cambiarias se ajustarán según el IPC y que la entidad comprará dólares, más allá de lo que embolse el Tesoro.

Con cepo aún vigente, el Banco Central de la República Argentina -BCRA- redefine el régimen de flotación cambiaria y pasa a ajustar las bandas por inflación. A partir de enero de 2026 comenzará una fase de re monetización que busca normalizar la cantidad de dinero en la economía sin poner en riesgo la estabilidad de precios.

Con la inflación en baja y el frente fiscal ordenado, el BCRA intenta pasar de la emergencia al crecimiento.

El anuncio llega tras superar el período de mayor incertidumbre política y con indicadores que, según el propio Central, validan el programa económico. La inflación anual se ubicó en 31,4% interanual en noviembre de 2025, con expectativas que continúan ancladas a la baja según el REM.

Flotación entre bandas con ajuste por inflación

Desde el 1 de enero de 2026, el techo y el piso de la banda de flotación cambiaria se moverán todos los meses en función del último dato de inflación informado por INDEC con dos meses de rezago. El esquema mantiene el rol de las bandas como contención ante saltos abruptos del tipo de cambio, pero introduce una novedad clave.

Al no ajustarse por la inflación internacional, el techo de la banda se incrementa en términos reales con el paso del tiempo.

En la práctica, el Central busca ganar margen con el dólar sin resignar previsibilidad. El tipo de cambio deja de ser un ancla rígida y pasa a integrarse al esquema monetario con mayor flexibilidad.

Re monetización gradual y compras de reservas

El corazón del programa está en la acumulación de reservas internacionales. El BCRA proyecta que la base monetaria pase del 4,2 por ciento actual al 4,8 por ciento del PBI hacia diciembre de 2026. Ese crecimiento sería abastecido, en el escenario base, mediante compras de hasta US$10.000 millones en el mercado de cambios.

Si la demanda de dinero creciera un punto adicional del PBI, el monto podría escalar hasta US$17.000 millones, sin necesidad de esterilización sostenida. El Central remarca que todo estará condicionado a los flujos de la balanza de pagos y al comportamiento del mercado, una aclaración que busca desactivar temores a una emisión descontrolada.

La operatoria diaria tendrá un límite. Las compras representarán, en promedio, el 5% del volumen negociado en el mercado de cambios. La operatoria diaria tendrá un límite. Las compras representarán, en promedio, el 5% del volumen negociado en el mercado de cambios.

También se habilitan operaciones en bloque para evitar distorsiones en jornadas de baja liquidez, un punto sensible luego de semanas en las que el volumen cayó desde US$600 millones diarios a niveles cercanos a US$200 millones.

Más pesos, pero con sesgo contractivo

El BCRA insiste en que la expansión monetaria no implica un giro laxo. Mientras la inflación local siga por encima de la internacional, la política mantendrá un sesgo contractivo respecto de la trayectoria base de demanda de dinero. Si la demanda no acompaña, habrá correcciones.

La diferencia con etapas previas es estructural. El Central llega a esta fase sin pasivos remunerados, con un balance saneado y con una fuerte reducción de títulos públicos en su activo. Según datos oficiales, la proporción de deuda del Tesoro en el balance se redujo más de 65 por ciento en relación con las reservas brutas.

Crédito en recuperación y cambio de régimen

Los datos muestran un giro. Entre abril de 2024 y noviembre de 2025, el crédito bancario en pesos al sector privado pasó del 4,2 al 9 por ciento del PBI. En paralelo, el agregado monetario M3 creció de 14,5 a 16,7 por ciento del producto. Para el BCRA, la re monetización ya empezó y ahora busca consolidarse.

El contexto internacional y la reapertura del acceso del Tesoro a los mercados externos juegan a favor. Si la Nación logra refinanciar vencimientos en moneda extranjera, las divisas no se irán por la puerta de la deuda y quedarán en el balance del Central como reservas netas.

Comunicación y encajes

El programa se completa con dos definiciones operativas. Por un lado, el regreso del informe trimestral de política monetaria, que volverá a publicarse desde diciembre de 2025. El objetivo es reforzar la previsibilidad y reducir la incertidumbre.

Por otro, continúa la normalización de encajes bancarios, un proceso gradual que impactará directamente sobre la liquidez y la intermediación financiera. El BCRA deja claro que los cambios serán consistentes con la estabilidad de precios y que los encajes seguirán siendo una herramienta de calibración fina.

Lo que está en juego

El Central apuesta a un ciclo de expansión del crédito y de la actividad, pero bajo reglas distintas a las del pasado. Más pesos no implican más inflación si la demanda acompaña y si el respaldo viene por el lado de las reservas.

La incógnita no está en el diseño, sino en la ejecución. El mercado seguirá de cerca el ritmo de compras, la reacción del tipo de cambio dentro de las bandas y la capacidad del Gobierno para sostener el equilibrio fiscal.

El 2026 se perfila como el primer test de un régimen monetario que promete dejar atrás la escasez crónica de pesos sin volver a caer en los excesos de siempre. El 2026 se perfila como el primer test de un régimen monetario que promete dejar atrás la escasez crónica de pesos sin volver a caer en los excesos de siempre. / ECONOMIS.

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