TUCUMÁN
29 de octubre de 2025
La dismenorrea es un dolor menstrual que no debe naturalizarse

Esta patología aqueja a mujeres jóvenes, especialmente entre 20 y 35 años, su tratamiento se realiza mediante analgésicos y anticonceptivos hormonales, tras descartar patologías como la endometriosis.
La dismenorrea es un dolor menstrual intenso que puede interferir en las actividades diarias de las mujeres. A diferencia del malestar leve que muchas experimentan durante el ciclo, este cuadro provoca un dolor excesivo que puede impedir trabajar, dormir o realizar actividades cotidianas.
El doctor Andrés Gómez Henson, jefe del servicio de Ginecología del hospital Avellaneda, explicó: “La dismenorrea se la define como el dolor menstrual que, a diferencia del dolor leve o normal, es lo suficientemente intenso como para afectar la actividad diaria del paciente. Existen dos tipos principales de dismenorrea, la primaria o esencial, que no tiene una causa identificable y suele deberse a una mayor producción de prostaglandinas, sustancias inflamatorias que aumentan las contracciones uterinas y el dolor; y la secundaria, asociada a patologías ginecológicas como endometriosis, miomas uterinos o quistes de ovario”.
Y agregó: “Cuando una paciente consulta por dolor menstrual, lo primero que hay que hacer es descartar que no tenga una patología. Para ello se realizan estudios como el examen ginecológico, el Papanicolaou y una ecografía pélvica”.
La endometriosis es una de las causas más comunes de dismenorrea secundaria. Se produce cuando el tejido que normalmente recubre el interior del útero crece fuera de él, lo que provoca sangrados internos y un dolor pélvico severo durante la menstruación.
Según el especialista, este trastorno es más frecuente en mujeres jóvenes, especialmente entre los 20 y 35 años, y representa aproximadamente el 20% de las consultas ginecológicas.
“El tratamiento depende del tipo de dismenorrea. En los casos de dismenorrea primaria, se indican analgésicos y antiinflamatorios no esteroides como ibuprofeno, naproxeno o ácido mefenámico, administrados de forma regular durante el período menstrual. Cuando el dolor no cede con estas medidas, los anticonceptivos hormonales constituyen una alternativa eficaz ya que regulan los ciclos menstruales y generan un nivel hormonal estable durante todo el mes, lo que reduce la formación de sustancias que producen dolor”, explicó Gómez Henson.
El objetivo es utilizar métodos que inhiban la función ovárica y mantengan niveles hormonales constantes. Los más utilizados son los anticonceptivos orales combinados, aunque también existen otras opciones como parches subdérmicos, que liberan hormonas a través de la piel o los anillos vaginales, que se colocan una vez al mes. Estas alternativas son útiles en pacientes que no pueden o no desean tomar pastillas todos los días.
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