MUNDO
19 de febrero de 2025
Día contra la homofobia en el deporte

El fútbol sigue siendo un reflejo de las tensiones sociales entre inclusión y discriminación.
Aunque hay avances, la homofobia sigue presente en las canchas y en la cultura del aguante. ¿Cómo podemos, como hinchas, rechazar la violencia y construir un deporte verdaderamente inclusivo?.
En un mundo donde avanzan las políticas de inclusión pero también crecen los discursos de odio, es clave repensar nuestro rol como hinchas de un deporte tan popular como el fútbol.
El 19 de febrero se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia en el deporte, en honor a Justin Fashanu, primer futbolista abiertamente gay, quien se suicidó en 1998 tras enfrentar discriminación. Desde Grow-género y trabajo, creemos que esta fecha nos invita a reflexionar: ¿cuán lejos estamos de una sociedad que rechace la violencia en lugar de la diversidad?
Masculinidad y discriminación en el fútbol
La violencia no es innata en los hombres, sino que se aprende a través de estereotipos y mandatos que determinan qué significa “ser un hombre de verdad”. La masculinidad suele definirse por oposición a la feminidad, lo que explica la expectativa de que los hombres sean heterosexuales, fuertes y autosuficientes. Esta “cultura del aguante” refuerza la exclusión de quienes no encajan en esos patrones y alimenta la homofobia en el deporte.
Fútbol y homofobia: el juego peligroso
La imposición de la heterosexualidad tiene consecuencias concretas: jugadores que no pueden expresar su orientación sexual, insultos y cánticos que refuerzan la idea de que ser gay es algo negativo. Un estudio de Grow - género y trabajo, junto a Dove Men+Care reveló que el 61,1% de los jóvenes asocian la heterosexualidad con la masculinidad, mientras que sólo un 6,2% asocia masculinidad con homosexualidad. Además, muchas agresiones en el fútbol evocan el poder mediante referencias a sexo no consentido y dominación.
Curiosamente, algunas muestras de afecto, generalmente rechazadas fuera del campo, se normalizan en el fútbol: besos, abrazos y llantos de alegría. Pero, fuera de ese contexto, estas expresiones suelen ser motivo de burla o rechazo. Esta contradicción evidencia la rigidez de los códigos de la masculinidad.
Las consecuencias de esta cultura son graves: la violencia y la restricción emocional impactan directamente en la salud mental de los hombres. Datos de Allen y Daly (2007) y Barker (2003) muestran que el 88% de los homicidios y el 77% de los suicidios masculinos están vinculados a entornos de violencia entre varones.
maireclaire
-
#Escuchá La 97.1 todo el día, hacé click acá📻
#Descarga la App de #RTuc haciendo click acá📲
-
Seguinos
+543816909015