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28 de enero de 2023

Las pruebas claves por las que podrían darle la perpetua a las imputadas por el crimen de Lucio Dupuy

El próximo 2 de febrero se conocerá el veredicto por el atroz crimen del pequeño. Por el asesinato están imputadas su madre, Magdalena Espósito, y la novia, Abigaíl Páez que están acusadas de asesinato y abuso sexual

El 2 de febrero a las 12 del mediodía los jueces Alejandra Ongaro, Andrés Olié y Daniel Sáez Zamora darán a conocer el veredicto con respecto al asesinato de Lucio Dupuy.

Su madre, Magdalena Espósito, y la novia, Abigaíl Páez, son las principales acusadas y enfrentan la posibilidad de una prisión perpetua. Las posibilidades de que sean condenadas son elevadas debido a las pruebas presentadas durante el juicio.

Pruebas claves: La autopsia

La autopsia fue la prueba más importante durante el juicio y estuvo expuesta por Juan Carlos Toulouse, el médico que realizó el estudio del cuerpo de Lucio, en la cuarta audiencia del debate oral.

Según lo informado por las fuentes judiciales, Toulouse reafirmó que el niño falleció a causa de una “feroz golpiza” y que presentaba “lesiones en varias partes del cuerpo”.

Aseguró que el pequeño había sido víctima de abusos sexuales “recientes y de vieja data”, al mismo tiempo que presentaba “un fuerte golpe que le afectaba la cadera, el glúteo y la pierna, con una data de 7 a 8 días”.

“Hubo una agresión puntual que le provocó la muerte”, según la autopsia presentada en la causa. Lucio murió a raíz de una hemorragia interna. A los signos de abuso se le sumaron quemaduras y mordidas.

El documento de autopsia evidenció que Lucio tenía la suela de una zapatilla marcada en la espalda. Las pericias determinaron que el calzado le pertenecía a Abigaíl Páez, la novia de la madre.

“Abigail Páez lo pisó con tanta fuerza en su espaldita que, probablemente, le reventó el corazón junto a distintos órganos”, revelaron los médicos que hablaron en el juicio.

La evidencia de abuso sexual

Durante el proceso judicial revelaron que el cuerpo del pequeño de 5 años presentaba, según los especialistas, “signos compatibles con abuso sexual”.

En el allanamiento realizado a la casa de la imputadas luego del asesinato se secuestraron distintos elementos: ropa de la víctima y las acusadas, también se llevaron juguetes sexuales.

Los estudios de ADN posteriores sobre esos elementos arrojaron que contenían rastros genéticos de la madre del nene, su novia y Lucio.

Los chats entre las acusadas

Las conversaciones que tuvieron las imputadas los meses previos al asesinato se convirtieron en una prueba esencial. Se contaban por WhatsApp las golpizas que le daban al pequeño.

“Qué no se te vaya la mano que nos vamos a mandar una cagada”, fue uno de los mensajes que le mando la mamá de Lucio a su novia días antes del homicidio. “Estoy harta. Yo tengo que estar todo el día con este pendejo”, era una respuesta de Abigaíl Páez.

Ante un episodio, de octubre del 2021, en el que Lucio vomitó, las imputadas hablaron entre ellas del castigo que se le aplicó al nene. “¿Cómo le pegaste? Ya van dos veces que vomita”. Luego de eso Abigaíl escribió: “No lo quiero ni ver a Lucio porque me amarga la vida”.

El falso robo

El 26 de noviembre Abigaíl llevó a Lucio Dupuy al hospital, el pequeño llevaba muerto 3 horas. En el camino se cruzó con un hombre que hacerle RCP al pequeño.

El hombre le preguntó qué había pasado y la novia de la madre le respondió que habían “entrado ladrones” y que le “habían pegado” al chiquito. El testigo luego declaró esa situación ante la justicia. Abigaíl no fue la única que dijo eso, también la progenitora de Lucio, Magdalena Espósito, repitió falsa historia.

Cuando tuvieron oportunidad de declarar en el debate oral, intentaron aclarar esa situación. “Yo nunca dije eso de manera oficial. Se lo dije al hombre que nos ayudó por vergüenza, para no contarle lo que había pasado”, señaló. Por su parte, Magdalena dijo que “ya estando en la comisaría” había escuchado que “alguien mencionó algo de un robo”.

Los dibujos

La fiscalía de instrucción que investigó el caso desde el principio, secuestró los dibujos que el pequeño había realizado en el colegio y los hizo analizar por especialistas.

Una de las psicólogas, Lorena Roggero, testificó en el juicio que, mediante los dibujos, Lucio “gritaba su dolor”.

La psicóloga explicó que las personas dibujadas, no tenían ojos y que eso tenía que ver con la necesidad de Lucio de “no ver” la violencia familiar que sufría en su casa.

En el mismo sentido, los dibujos de Lucio, en su mayoría, no tenía parte inferior del cuerpo. Estaban dibujados hasta la cintura. Eso, según la especialista, en un signo claro del abuso sexual que sufría.

Las mentiras de las indagatorias

Magdalena Espósito Valenti y Abigaíl Páez decidieron declarar en el juicio oral. Según cree la fiscalía mintieron alevosamente.

Entre las dos relataron cómo fue su día y aseguraron que fue una jornada “normal”. Señalaron que a las 19.40, Abigaíl llevó a Magdalena a su trabajo y dejaron sólo a Lucio. “Lo despedí y él todavía estaba con vida”, declaró la madre.

Luego Abigaíl relató que volvió y le dio “unas pataditas en la cola” por un “moco” que se había “mandado Lucio” y que por eso murió.

Los testimonios

Fueron más de cien los testigos que pasaron por la sala de audiencias, entre ellos el papá y los abuelos de Lucio.

Una vecina contó que escuchaba los golpes, que llamó a la policía y nadie hizo nada y que, un día, oyó a las acusadas decirse entre ellas: “sacale la ropa y cagalo a palos, dejalo marcado porque lo mato yo”.

Las madres de los amiguitos de Lucio contaron cómo quedaban asombradas, cada vez que la víctima era invitada a almorzar, por la cantidad de comida que ingería. “Eso se daba porque Lucio pasaba hambre. Además de todo lo que le hacían, no le daban alimento”, señaló el abogado de los Dupuy, José Mario Aguerrido.

 

 

 

Fuente:lavoz.com.ar

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