ESPECTÁCULOS
28 de diciembre de 2025
Falleció la actriz y activista francesa Brigitte Bardot

Una mujer que se casó cuatro veces y repudió a su hijo nacido en 1960 con el que no se hablaba desde hacía años.
Una de las personas que mejor definió a Brigitte Bardot, fallecida este domingo a los 91 años, fue Simone de Beauvoir, que dijo de que ella que "come cuando tiene hambre, folla cuando le apetece y hace lo que le viene en gana: por eso es tan turbadora".
Convertida en el antídoto europeo a Marilyn Monroe en cuestión de sex symbols, a la Bardot le importaba un bledo su belleza, ya que, en 1973, con solo 39 años, le dio un portazo al cine. No volvió jamás. Pero para la eternidad depositó Y Dios creó a la mujer (1963), una de las obras parasociales más importantes de la historia audiovisual.
Aquel mito que abrazó el hedonismo volvió loco a muchos hombres. El primero fue Roger Vadim, quien tenía 22 años cuando vio por primera vez a una exultante jovencita de 15 a la que habían rechazado en la audición de Les Lauiriers sont coupés. Entre ellos surgió una química tan especial que los padres de Brigitte se opusieron al romance debido a la diferencia de edad.
No importaba. Vadim dijo que esperaría hasta que Brigitte cumpliera los 18 años. Hasta que llegara ese momento, la pareja se independizó, provocando un gran escándalo en la época. Por fin, el 20 de diciembre de 1952 se casaron. Al principio de su relación ella llegó a estar embarazada, pero abortó.
Cuatro años más tarde de que se conocieran, Vadim la dirigió en Y Dios creó a la mujer, que convirtió a la Bardot en una diosa libidinosa y en el emblema de la mujer independiente.
Sin embargo, aquel rodaje terminó con el matrimonio ya que la actriz empezó una relación paralela con Jean-Louis Trintignant, con quien estuvo dos años. El divorcio llegó en 1957. La presión mediática, la ansiedad y el insomnio hicieron mella en la Bardot quien, en 1958, a sus 24 años, intentó suicidarse. Poco después empezaría una relación furtiva con Gilbert Bécaud, que estaba casado.
Mientras saboreaba el amor por el cantante galo apareció en escena el actor Jacques Carrier -fallecido el pasado mes de septiembre a los 88 años-, que le dejó embarazada antes de que la sombra del matrimonio planeara por sus cabezas. Aquel momento fue terrible para Bardot, que intentó abortar dándose golpes en el estómago o pidiendo morfina al médico. No tenía instinto maternal.
En su libro B. B: Mémoires (1975), la actriz fue fría como el hielo al hablar de su retoño, Nicolas-Jacques, nacido en 1960 en su casa tras siete meses de matrimonio: "Mi hijo fue como un tumor en mi cuerpo... Cuando me desperté, pensé que tenía una bolsa de agua caliente de goma en el estómago. Era mi hijo, grité: 'Llévatelo.' Nunca he tenido la fibra materna".
Después de que el matrimonio Carrier-Bardot se finiquitara en 1962, Jacques se quedó con la custodia de su hijo, a quien la actriz había despreciado desde que estaba en el útero.

En un restaurante en la primavera de 1966, un amigo en común le presentó a la Bardot a Gunter Sachs, heredero del inventor de la marca Opel y uno de los playboys más famosos del siglo XX junto a Porfirio Rubirosa o Phillipe Junot. Aquella primera noche la pasaron en La Madrague, la espléndida residencia de la Bardot en la Costa Azul.
Todo el mundo sabía que cuando a Sachs se le metía una cosa en la cabeza no cejaba en su empeño hasta conseguirla. Con una fortuna incalculable, el empresario y fotógrafo germano-suizo hizo lo más estrambótico para conquistarla, como sobrevolar con su helicóptero la residencia de su amada y lanzarla toneladas de pétalos de rosa que tardaron días en recogerse del jardín.
Era tal la obsesión que Sachs tenía por Bardot que ipso facto olvidó otras conquistas de la jet set internacional como Athina Livanos -heredera del naviero Livanos y ex mujer de Aristóteles Onassis- o Marina Doria, que entonces era una campeona de esquí antes de su matrimonio con el príncipe Víctor Manuel de Saboya, único hijo varón del último rey de Italia, Humberto II de Italia.
La actriz y el empresario se casaron en Las Vegas en julio de 1966. Como no podía ser de otra manera se convirtieron en figuras indispensables del gotha europeo y de la jet set más cosmopolita por su elevado tren de vida. Su viaje a Marbella donde se alojaron en el Marbella Club sigue siendo una de las visitas más emblemáticas del establecimiento hotelero fundado por el príncipe Alfonso de Hohenlohe que lo llevó a buen puerto gracias a la profesionalidad del conde Rudi.
Tal era el profundo amor que Suchs tenía por Bardot que incluso llegó a llamar al mismísimo Andy Warhol para que pintara a su esposa. Se subastó por 4,7 millones de dólares tras el fallecimiento del empresario en 2012.
Brigitte Bardot, en una escena de En caso de desgracia.
A pesar de estar colmada de riquezas y atenciones, la protagonista de Las petroleras (1971) cayó subyugada en 1967 al embrujo de Serge Gainsbourg, un borracho y drogado encantador que le escribió una de las canciones más sexuales de la historia de la música, Je t'aime... moi non plus, donde la letra explícita se solapaba con los gemidos de ambos que simulaban un orgasmo. También grabaron Bonnie & Clyde.
La historia disgustó tanto a Gunter que su matrimonio no solo empezó a hacer aguas, sino que la aparición de Jane Birkin en la vida del cantautor galo tampoco facilitó la transición. Por ello, terminarían divorciándose en 1969. Todo aquello pareció divertir a Gainsbourg, que no dudó en grabar Je t'aime... moi non plus con su nueva pareja.
En el pasado amoroso de Brigitte también han figurado hombres tan importantes como Sacha Distel, Sean Connery, Sami Frey e incluso Warren Beatty, este último uno de los amantes más fructíferos de la historia del cine.
Después de una tumultuosa vida amorosa, la actriz encontró el equilibrio en Bernard d'Ormale (84), militante del partido ultraderechista francés Frente Nacional de su íntimo amigo Jean-Marie Le Pen, con quien se casó en agosto de 1992. Desde entonces han estado unidos, aunque las apariciones públicas conjuntas han sido a cuentagotas.
El matrimonio ha sido siempre el abanderado de los Le Pen, apoyando las causas más polémicas de estos políticos. Bardot no se callaba ni achantaba ante nada, por lo que fue multada en varias ocasiones por comentarios racistas y antisemitas, odiaba a los musulmanes, los migrantes y los homosexuales. Y dada su pasión por la defensa de los animales, llegó a confesar que sentía más cariño por los toros y los burros que por ese tipo de personas. Sus ideales se mantuvieron perennes hasta el último aliento.
El Mundo
-
#Escuchá La 97.1 todo el día, hacé click acá📻
#Descarga la App de #RTuc haciendo click acá📲
-












Seguinos
+543816909015