ESPECTÁCULOS Y MÚSICA
29 de octubre de 2025
Lowrdez Fernández habló con Fabiana Cantilo en un vivo de Instagram

Una conversación a cara descubierta entre Lowrdez (ex Bandana) y Fabiana Cantilo que sorprende al mundo del espectáculo y de los policiales: verdades ocultas, fuego cruzado y un informe que define “alto riesgo”
La madrugada empezó como un vivo de Fabiana Cantilo en Instagram, aparentemente tranquilo. Pero la aparición de quien fuera la protagonista de las páginas policiales la semana pasada, Lourdes Fernández (ex Bandana), transformó el tono: de charla informal pasó a interrogatorio frente al país.
Cantilo arranca sin suavidad: “No te creo nada esa parte. Y que dormiste cinco días… por qué no contestabas dónde estabas. Nadie sabía dónde estabas”, le dice con voz firme.
La cámara, la red, la espera: todo se condensa en un momento de tensión pública que pocos esperaban ver. Las acusaciones de secuestro y desaparición, la madre que denuncia, el novio detenido: esos fantasmas reaparecen en vivo, sin filtros. “Yo te entiendo porque yo he estado fisurada“, le dice la ex de Fito para empatizar.
“¿Quién es este novio que tenés rarísimo?”
Cantilo no se anda con vueltas. “¿Y qué hacías en el cuarto del señor?”, le pregunta directo cuando Lowrdez relata su estadía en el departamento de su exnovio Leandro Esteban García Gómez. La respuesta de Lourdes: “Fue su cumpleaños… me agarró fiebre el domingo a la noche y no pude levantarme. Me quedé dormida dos días con mucha fiebre”.
En ese microclima de confesiones, se cuela el alcohol: “Sí tomé whisky con él y luego me dormí”. Y la pregunta que hiela: “¿Te pegaba el señor? ¿Te volvió a pegar? ¿Me lo jurás por Dios?” Cantilo insiste. Y Lowrdez, con voz quebrada, responde: “No volvió. Te lo juro por Dios, por mis cuerdas vocales”.
El diálogo expone más que un episodio natural: permite ver ese vínculo con señales de control y dependencia, tal como lo describe el informe de la Oficina de Violencia Doméstica, que considera a Lourdes “una mujer manipulada por el violento”.
El informe: alto riesgo y lo que nadie se anima a decir
El documento interdisciplinario, con psicólogos, trabajadores sociales y abogados, determinó que Lowrdez se encuentra en situación de “alto riesgo” —y el verbo no es casual—. Según el escrito, en su testimonio se detectan “patrones de control, aislamiento y sometimiento psicológico que suelen estar presentes en los vínculos abusivos”.
Aunque Lowrdez niega agresión física, el informe no deja espacio para diluir la gravedad: la define como víctima potencial de delitos relacionados con la trata de personas y manipulación emocional.

Mientras esto sucede, el juez rechaza la excarcelación de García Gómez por “las graves características de los hechos investigados … y la actitud asumida por éste”.
Y en el vivo, mientras Lowrdez asiente, Cantilo, como si fuera una experimentada periodista de policiales o investigadora de la DDI resalta: “¿Por qué? ¿te pegó?” —y deja al aire la pregunta que muchos se hacen pero pocos pronuncian en voz alta.
La transmisión se volvió viral, no únicamente por lo inesperado del cruce entre dos figuras del medio, también por la naturalidad brutal con la que se dirigen una a la otra.
No hay formalismos, no hay llantos de víctima: existe una voz que interpela y otra voz que responde, entre silencios incómodos y frases que se clavan.
Lowrdez expone que no estaba secuestrada, que no pudo responder mensajes porque estaba enferma: “El domingo a la noche me agarró una fiebre tremenda y no pude levantarme, me quedé dormida dos días”. Pero la duda permanece: ¿por qué estaba en ese departamento si dice que está separada “hace rato ya”? Su frase no encuentra explicación ni en el vivo ni en los medios.
A su vez, la madre de Lowrdez denunció su desaparición, la policía irrumpió en Palermo luego de 19 días sin contacto familiar, y el informe sitúa el caso en la zona más oscura de la violencia de género.
El choque de generaciones—la voz de una ex chica pop convertida en noticia y una leyenda del rock nacional que no se calla— deja de manifiesto lo que sucede cuando el espectáculo pasa de ser “show” y se convierte en un escenario de verdad. Cantilo no asumió la solemnidad de la víctima, no la elevó ni la redimió, pero la interroga como la sociedad que exige respuestas. Lourdes no se victimiza explícitamente, pero habla con la voz entrecortada de las que tardaron en encontrarla.
Y lo más crudo: no fue el escenario, no fue la alfombra roja, sino un vivo de Instagram. El lugar cotidiano se volvió tribunal. La soberanía del medio social en directo transformó la intimidad en público, y lo privado pasó a ser una transmisión en pantalla.
Finalmente, queda la frase que resume el quiebre: “Te lo juro por Dios, por mis cuerdas vocales”. Esa imagen —las “cuerdas vocales” como reserva de verdad— permanece. No es sólo qué pasó, es qué se dijo y cómo se dijo, con el corazón en la mano y un público mirando.
La conversación hizo visible lo invisible: un vínculo donde la violencia no siempre es manual, a veces se vale del miedo, la fiebre, la soledad, el aislamiento. Y cuando se habla en la voz de otras mujeres, cuando alguien como Fabiana Cantilo pregunta y no calla, la víctima —o la amiga, o la espectadora— se reconoce.
Este vivo quizás será un antes y un después. Porque no se trata de una declaración más, fue una transmisión que cruza la frontera del “entretenimiento” para entrar de lleno en la realidad. Y esa realidad duele y pocos saben como desentrañarla.(Infocielo).












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