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23 de septiembre de 2025

Tras los dichos de Trump, la OMS aclaró que no hay ninguna prueba de que el paracetamol cause autismo

La comunidad científica critica duramente las declaraciones del Gobierno de EEUU, que ayer ligó el consumo de paracetamol con el embarazo con un mayor riesgo de autismo

El Gobierno de EEUU vinculó ayer el consumo de paracetamol con el autismo, pese a que no hay ninguna evidencia científica que respalde esa asociación.

"El acetaminofeno (paracetamol) puede asociarse con un riesgo muy alto de autismo", señaló el presidente de EEUU, Donald Trump, en una rueda de prensa en la que estuvo acompañado por el secretario de Salud, Robert F. Kennedy, un cargo en entredicho por su clara postura antivacunas.

Pese a que no ofreció ningún dato que respalde sus afirmaciones, Trump hizo declaraciones como esta: "si está embarazada, no tome Tylenol (una marca comercial de paracetamol muy popular en EEUU). No lo tome", señaló.

Las aseveraciones del presidente han sido muy criticadas por la comunidad científica tanto dentro como fuera del país.

La Agencia Europea del Medicamento (EMA por sus siglas en inglés) ha sacado un comunicado a mediodía de este martes en el que recuerda que el paracetamol puede usarse con seguridad durante el embarazo y "no hay ninguna evidencia" que haga necesario introducir cambios en sus indicaciones de uso. "Nuestra recomendación se basa en un análisis riguroso de los datos científicos disponibles y no hemos encontrado ninguna evidencia de que tomar paracetamol durante el embarazo cause autismo en niños", señala el texto.

También la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha informado en un comunicado de que "no existe evidencia que relacione causalmente el uso de paracetamol durante el embarazo con el autismo en niños, por lo que las embarazadas podrían seguir utilizando este medicamento cuando sea necesario, siguiendo siempre la recomendación de utilizar la dosis más baja posible que reduzca el dolor o la fiebre y utilizarla durante el menor tiempo posible".

En la misma línea se han manifestado numerosos profesionales sanitarios y sociedades científicas.

"No hay ninguna evidencia científica que respalde las declaraciones del Gobierno de EEUU sobre paracetamol y autismo", señala Beatriz Salazar, miembro del Grupo de Neuropsiquiatría de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH).

El paracetamol no tiene funciones preventivas. (Foto: Adobe Stock)

Pronuncia casi las mismas palabras Pedro Viaño, pediatra miembro del Comité de Medicamentos de la Asociación Española de Pediatría, quien subraya que la "abrumadora mayoría de la evidencia científica" respalda la seguridad del paracetamol.

"El paracetamol es un fármaco ampliamente utilizado desde hace muchos años que cuenta con estudios de seguridad contrastados", añade el pediatra.

"Hay muchos estudios que refutan esta correlación [entre paracetamol y autismo], pero el más importante fue un estudio sueco de 2,4 millones de nacimientos (1995-2019) publicado en 2024, que utilizó datos reales de hermanos y no encontró ninguna relación entre la exposición al paracetamol en el útero y el autismo, el TDAH o la discapacidad intelectual posteriores. Esto sugiere que no existe un efecto causal del paracetamol en el autismo. Esto se ve reforzado por la ausencia de una relación dependiente de la dosis. No hay pruebas sólidas ni estudios convincentes que sugieran que exista una relación causal y las conclusiones que se extraen en sentido contrario suelen estar motivadas, carecer de pruebas y no estar respaldadas por los métodos más sólidos para responder a esta pregunta. Estoy excepcionalmente segura de que no existe ninguna relación, ha señalado también Monique Botha, profesora asociada de Psicología Social y del Desarrollo en la Universidad de Durham (Reino Unido) en declaraciones a SMC Reino Unido.

También la Sociedad Española de Sociedad Española de Neurología Pediátrica (SENEP) ha subrayado en un comunicado que "en la actualidad, no existe evidencia sólida que permita establecer una relación causal entre el consumo de paracetamol durante el embarazo y el trastorno del espectro autista".

¿QUÉ ES EL TYLENOL?

Paracetamol y acetaminofeno son sinónimos, dos formas de llamar a un mismo medicamento, aclara Salazar. En EEUU es más común utilizar el segundo término o directamente Tylenol, una marca comercial muy popular del principio activo.

Este medicamento, uno de más utilizados en todo el mundo, es prácticamente el único analgésico que está indicado durante el embarazo y ha demostrado ampliamente su seguridad, recuerda la especialista en farmacia.

Desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid señalan, en la misma línea, que "una gran cantidad de datos en mujeres embarazadas indican la ausencia de toxicidad fetal/neonatal o malformaciones congénitas. El paracetamol oral se considera seguro en dosis terapéuticas normales para uso a corto plazo como analgésico/antipirético leve durante el embarazo".

El clavo al que se agarra la Administración Trump para ligar paracetamol y autismo es un estudio reciente que establecía una asociación entre ambos factores en mujeres embarazadas. Sin embargo, tal y como aclara Viaño, la citada investigación es un "estudio preliminar que debe analizarse con cautela" ya que que no diferencia entre cuestiones fundamentales, como la causa por la que las mujeres recibieron la indicación de tomar paracetamol.

"Es un estudio preliminar que arroja un resultado diferente a la abrumadora mayoría de la evidencia científica y, por tanto, debe analizarse con cautela", advierte el pediatra, quien recuerda que "los propios autores del trabajo no contraindican ni mucho menos la administración de paracetamol a las mujeres embarazadas ni a los niños sino que recuerdan los principios básicos de administración de medicamentos a embarazadas: dosis mínima eficaz, administración lo más corta posible dentro de la indicación y prescripción adecuada para los síntomas".

"Fuera de esta controversia, el paracetamol no ha demostrado en absoluto que pudiese favorecer la aparición de autismo ni por pate de las embarazadas ni por parte de los niños pequeños, ya que es un fármaco ampliamente utilizado desde hace muchos años que cuenta con estudios de seguridad contrastados", añade.

La AEMPS recuerda que en 2019 el Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia de la Agencia Europea de Medicamentos revisó una señal de seguridad sobre el posible impacto del uso de paracetamol durante el embarazo en el neurodesarrollo de los niños. El comité "señaló que la evidencia disponible en la literatura científica sobre trastornos del neuroesarrollo, incluidos los estudios no clínicos y epidemiológicos, no era concluyente".

"Una gran cantidad de datos en mujeres embarazadas indican la ausencia de toxicidad fetal/neonatal o malformaciones congénitas. Los estudios epidemiológicos sobre el desarrollo neurológico de niños expuestos a paracetamol en el útero muestran resultados no concluyentes. Si es clínicamente necesario, puede utilizarse paracetamol durante el embarazo, pero debe usarse la dosis mínima eficaz durante el menor tiempo posible y con la menor frecuencia posible", señala la AEMPS en un comunicado.

LEUCOVORINA, OTRA INDICACIÓN SIN EVIDENCIAS

El autismo es una condición cuyas causas aún no se conocen. Las evidencias apuntan a que existe una predisposición genética, en la que interviene una amplia gama de genes, y que distintos factores externos, cuyo papel no se ha destapado, pueden contribuir a su desarrollo.

En los últimos años se ha descrito un aumento de la prevalencia de esta condición, si bien, tal y como aclara Viaño, la principal razón de este incremento podría estar en una mayor concienciación de los trastornos del espectro autista tanto por parte de los profesionales sanitarios como por parte de los educadores. "Esto llevaría a una detección más precoz del trastorno y también a la detección de casos leves que antes se hubieran quedado sin diagnosticar". En cualquier caso, también se investiga el papel de otros factores que podrían contribuir a un aumento de la prevalencia, como la exposición a tóxicos o el aumento de la edad materna y paterna.

Viaño ha recordado que numerosos estudios han demostrado mediante evidencia empírica que la vacunación sistemática de los niños no hace que estos desarrollen trastornos del espectro autista, una asociación que también ha señalado Trump.

En su encuentro con los medios, el mandatario también ha sugerido el empleo de leucovorina como tratamiento para los síntomas del autismo.

Este principio activo, tal y como explica Salazar, es una forma activa de ácido fólico, "una vitamina que necesitamos que está implicada prácticamente en todas las actividades neurológicas del cuerpo y que se indica en todas las embarazadas para prevenir problemas neurológicos en el feto".

Sobre su uso como posible tratamiento para el autismo, "tampoco existe evidencia científica suficiente", señala Salazar.

"La leucovorina (ácido folínico) se ha promocionado como un 'tratamiento' para el autismo, pero las pruebas son débiles", ha señalado en declaraciones a SMC Andrew Whitehouse, profesor de investigación sobre el Autismo Angela Wright Bennett en el Kids Research Institute Australia. "Algunos ensayos a pequeña escala sugieren posibles mejoras leves en los resultados conductuales, pero estos estudios están limitados por el reducido número de participantes, la inconsistencia de los resultados y la falta de réplicas independientes".

"En este momento, la ciencia no se acerca al nivel necesario para recomendar la leucovorina en el tratamiento clínico del autismo. El campo carece de ensayos a gran escala, multicéntricos y rigurosamente controlados que puedan confirmar si los beneficios son reales, reproducibles y significativos en la vida cotidiana. En resumen, la leucovorina sigue siendo experimental. Las investigaciones actuales son demasiado limitadas y preliminares para sacar conclusiones sólidas, y el entusiasmo supera con creces las pruebas científicas", concluyó.

Desde la Confederación Autismo España, que representa el movimiento asociativo del autismo en nuestro país, han mostrado su "absoluto rechazo y preocupación" ante los anuncios realizados por el Gobierno de EEUU y han insistido en que "carecen de toda evidencia científica y que pueden suponer un potencial perjuicio para la salud pública global".

"Alertamos a las instituciones nacionales e internacionales del riesgo que supone dar un altavoz a discursos populistas y ya superados por la evidencia científica existente, que vulneran los derechos y la dignidad de las personas con autismo", han subrayado en un comunicado.

 

 

 

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