Tres prestamistas (dos mujeres -de 34 y 38 años- y un masculino –esposo de una de ellas-) fueron acusados por el Ministerio Fiscal por cinco hechos que corresponden a la calificación de usura, extorsión y hurto, en calidad de coautores.

La Unidad Especializada de Robos y Hurtos II, a cargo de Susana Cordisco, fue la encargada de la formulación de cargos. En la audiencia, realizada ayer lunes, la titular estuvo representada por el auxiliar de fiscal, Miguel Fernández, quien se refirió a los hechos endilgados (ver aparte) y el perjuicio causado a la mujer víctima (domiciliada en Alderetes) donde no sólo buscaban obtener una ventaja pecuniaria desproporcionada y exorbitante al valor de mercado del bien entregado (cortadora de fiambre y un préstamo personal) sino también la sustracción de bicicletas y las amenazas a sus abuelos. Sobre los riesgos procesales, el investigador señaló el peligro de fuga y de entorpecimiento, recalcando la vulnerabilidad de las víctimas (dos de ellos mayores de 70 años).

 Entre las medidas que restan, Fernández dijo: “Tenemos que analizar cinco teléfonos y una computadora de escritorio con la correspondiente documentación contable. Debemos llevar adelante el reconocimiento en rueda de personas y de cosas (una bicicleta pudo ser recuperada)”. En los allanamientos, fue secuestrada una camioneta marca Fiat Fiorino de color blanca. Asimismo, el representante de la acusación agregó la posibilidad de una Cámara Gesell por la presencia de los hijos menores. Para finalizar, Fernández pidió la prisión preventiva por 90 días, plazo que fuera reducido por el juez interviniente al término de 19 días (con vencimiento el viernes 26 de septiembre). 

“No sabe con quién se está metiendo”, le dijeron los cobradores a los abuelos de la víctima 

El miércoles 9 de abril del corriente año, en horario a determinar, dos empleadas de una empresa de equipamientos y hogar se hicieron presentes en la vivienda de la mujer víctima en el barrio 20 Viviendas de la ciudad de Alderetes. 

Previa división de tareas que cada una realizaría, aprovechándose de la imposibilidad de la damnificada por acceder al crédito brindado por entidad financieras o comercios especializados, le vendieron una cortadora de fiambre por la suma de $ 3.612.000, valor que debía pagarse en 280 cuotas diarias de $12.900, obteniendo ambas una ventaja pecuniaria desproporcionadas y exorbitante al valor de mercado del bien entregado.

 El jueves 17 de abril, en horario a precisar, a la misma víctima le entregaron la suma de $300.000 en concepto de préstamo personal, valor que debía pagarse en 90 cuotas diarias de $12.300, siendo un total $1.107.000, experimentando también una nueva ventaja desproporcionada. 

Entre los días 28 y 30 de julio, en horas de la noche, las imputadas se apersonaron nuevamente al domicilio de la damnificada a los fines de cobrar las cuotas de la cortadora de fiambre y del crédito, previamente otorgados (en fechas 9 y 17 de abril). Siendo que, en ese momento, le sustrajeron la cortadora y le manifestaron que iban a regresar a cobrar la deuda con intereses. El lunes 11 de agosto, siendo las 21:00 horas aproximadamente, las acusadas se hicieron presentes a bordo de una camioneta marca Fiat Fiorino de color blanca (manejada por un masculino –esposo de una de ellas-) al inmueble antes mencionado e ingresaron sin autorización alguna para exigirle el pago de las cuotas adeudadas. 

Mientras la víctima les entregó lo que tenía en ese momento ($20.000), las imputadas la tomaron de los pelos, la golpearon y le gritaron en el oído que más vale que les pague, que el dueño de la empresa ya estaba cansado de la situación y que iba a mandar a los cobradores para que le dejen como “colador” la casa y que no se sorprenda cuando la encuentren en una “zanja con la boca llena de gusanos y moscas”. 

Ante ello, la damnificada les pidió que se fueran, dado que se encontraban presente sus hijos menores. A continuación, se aproximaron a la galería que dispone la vivienda y tomaron de allí dos bicicletas, rodado 29, para finalmente retirarse del lugar en posesión de los elementos mencionados a bordo de la camioneta en la que arribaron. 

El último hecho ocurrió, el jueves 21 de agosto, cuando las sospechosas junto al masculino se apersonaron en calle Chile al 100 de esta ciudad capital, lugar de residencia de los abuelos de la víctima a quienes le dijeron que le dieran el siguiente mensaje: “No sabe con quién se está metiendo y que si no quiere tener problemas mayores, que pague la deuda, porque se la iban a cobrar de otra manera”. Ante el temor generado, el masculino mayor de 70 años se sintió obligado y le hizo entrega de $50.000.

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