Miércoles 20 de Agosto de 2025

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ARGENTINA

20 de agosto de 2025

Los empresarios anuncian aumentos de precios entre agosto y octubre

La confianza empresarial de este sector clave de la economía argentina se derrumbó en julio, según la última Encuesta de Tendencia de Negocios.

El clima de negocios en la Argentina está enrarecido. La supuesta moderación en la variación de los precios (con chances de acelerarse luego de la hecatombe cambiaria de las últimas semanas) choca con otra realidad: la pulverización de los ingresos de los trabajadores y trabajadoras. Por eso cae el consumo en amplios sectores de la población. Las grandes cadenas de supermercados y autoservicios mayoristas lo perciben en sus balances y las sombrías perspectivas de aquí a octubre.

De acuerdo a la última Encuesta de Tendencia de Negocios (agosto – octubre) publicada por el Indec, en julio se registró una fuerte caída en el indicador de confianza empresarial de supermercados y autoservicios (ICE, -4,3%) frente al resultado de la misma encuesta del mes anterior (-1,8%). En este clima de creciente desazón, sólo un 1,4% respondió que los precios promedio de venta disminuirán en los próximos tres meses, mientras que un 59,4% de los encuestados que adelantó subas de precios, es decir, un salto de siete puntos porcentuales en relación a las previsiones de junio.

Las principales preocupaciones del sector pasan por “la demanda”, es decir, los bajos ingresos de la población que se traducen en una caída del consumo; le sigue un incremento en las dificultades financieras y un escenario de aumentos de precios de cara a octubre, como consecuencia de la inestabilidad cambiaria auto infligida por la propia administración Milei.

Stock de problemas

El ICE de supermercados y autoservicios mayoristas está compuesto por la opinión empresarial vinculada a la evaluación actual sobre su situación comercial, las expectativas futuras (las perspectivas de acá hasta octubre) y todo lo vinculado a los niveles de stock. De acuerdo al último informe del Indec, el indicador de confianza tuvo un resultado negativo de -4,3%, cuando un mes atrás se había ubicado en -1,8%. En tan solo 30 días, hubo un empeoramiento de la confianza empresarial de casi tres puntos porcentuales.

La primera publicación del Indec sobre este indicador fue en mayo. Desde entonces, puede apreciarse un deterioro dentro del ecosistema de negocios para los grandes supermercados y autoservicios, a la par de una caída de los salarios y un consumo que sigue sin encontrar su piso de derrumbe.

Las principales preguntas que guían la construcción de este indicador son tres. Ante la consulta sobre cómo consideran su actual situación comercial, un 33% de los encuestados afirmó que era mala, frente a un 7,2% que la calificó como mejor y otro 59,4% que respondió normal. La situación es bien diferente a las respuestas dadas a conocer en el primer informe, donde solamente un 28% de los encuestados sostenía que su situación era mala.

La segunda pregunta para construir el índice de confianza empresarial tiene que ver con las perspectivas de cara a los próximos tres meses. El escenario electoral no luce favorable para los empresarios del supermercadismo. Un 78,3% respondió que la situación seguirá igual, mientras que un 8,7% respondió que empeorará.

En el informe anterior, que abarcaba el período julio-septiembre, solamente un 4% de los encuestados afirmaba que su situación empeoraría. En términos de expectativas, se duplicó la desazón entre los empresarios del sector.

El tema de los stocks es fundamental. En muchas de las grandes cadenas del sector se observa la invasión de los productos importados, pero en el caso de los alimentos frescos, suele ocurrir lo contrario, con una disminución en las opciones para los consumidores. Todo indicaría que existe una menor reposición de algunos alimentos –como los quesos por ejemplo, vinculados al funcionamiento del sector lácteo- como consecuencia de una baja en su consumo. Las familias siguen restringiéndose en la compra de alimentos básicos.

Ante la pregunta “¿cómo considera el nivel de sus stocks?”, el 23,2% de los encuestados respondió “por debajo de lo normal”; en junio, esta misma situación afectaba al 21,9% de los participantes del estudio, mientras que, en mayo, solamente tenían problemas de stocks el 20% de los encuestados. Con el correr de los meses, los supermercados empezaron a acumular un volumen de productos “por debajo de lo normal”.

Es la demanda, estúpido

Otra de las preguntas claves que construyen el índice de confianza empresarial tiene que ver con los factores que limitan la actual capacidad comercial de cada establecimiento. De acuerdo al documento publicado por el Indec, un 56,5% los participantes respondieron que el principal escollo para su negocio tiene que ver, en la actualidad, con “la demanda”.

Esta respuesta esconde la profundidad de la crisis creada por la propia administración Milei, con la pulverización de los ingresos de toda la población, incluida la ayudita de las organizaciones sindicales y sus paritarias al 1%. Los clientes habituales de los supermercados enfrentan una sistemática caída del poder adquisitivo de sus ingresos.

“El poder adquisitivo de los salarios no ha logrado recuperar el nivel previo al profundo deterioro sufrido tras la devaluación de inicios de 2024 y su traslado a precios. En el pasado mes de junio, el salario real registrado se ubicaba 5,5% por debajo del nivel de noviembre de 2023. En una comparación de mediano plazo, el salario registrado privado resulta 23,3% inferior al de noviembre de 2015, mientras que el salario del sector público es 37,9% más bajo que en ese mismo mes”, puede leerse en un reciente informe del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA – CTA).

La situación financiera de los encuestados también empeoró. En el primer informe de la serie, publicado en mayo de este año, un 16,4% de los encuestados respondía que su situación era mala, mientras que ahora esa ratio se ubica en el 18,8%. Además, un 34% de los empresarios respondió que les resulta “difícil” acceder al crédito. Tal situación se complejizará aún más teniendo en cuenta la abrupta suba de las tasas de interés de las últimas semanas.  


Las expectativas a futuro no lucen bien para los supermercadista ni para la administración Milei. La hecatombe cambiaria de las últimas semanas, los problemas en el acceso al crédito y un empeoramiento de la situación financiera de los consultados se combinará con una posible suba de precios (a pesar de los bajos niveles de venta).

Ante la pregunta “¿qué cambios espera durante los próximos 3 meses respecto a los precios promedio de venta?”, solamente un 1,4% respondió que disminuirán frente a un 59,4% de los encuestados que adelantó subas de precios. Este guarismo representa un salto de siete puntos porcentuales en relación a las previsiones de junio.

 

 

 

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