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6 de junio de 2025

Casa Blanca: ¿por qué implosionó la relación de Trump y Musk?

Días después de una salida aparentemente amistosa del Gobierno federal, Elon Musk ha utilizado sus redes sociales para escenificar el quiebre total en su relación política y personal con el presidente estadounidense, Donald Trump, que ha respondido con amenazas sobre cortar los contratos gubernamentales con las empresas del magnate sudafricano. De amigos a enemigos, de la noche a la mañana. ¿Por qué?

Una relación rota, una guerra de mensajes en redes sociales y una amenaza sobre la cancelación de contratos: los últimos capítulos de un drama entre magnates.

Hace apenas una semana, el multimillonario sudafricano Elon Musk y el presidente estadounidense, Donald Trump, posaban juntos en la Oficina Oval, durante una especie de ceremonia de despedida dedicada al magnate tecnológico, quien dejó su puesto dentro de la Administración gubernamental tras mostrar su rechazo a un plan fiscal presentado por el Gobierno. 

Sin embargo, su salida fue amistosa, al menos en un primer momento. Ambos hombres se elogiaron: Trump afirmó que la contribución de Musk en sus primeros meses de Gobierno fue "invaluable", mientras que el sudafricano dijo que esperaba seguir siendo "amigo y asesor del presidente". 

Musk partió de la Casa Blanca ese día, aunque con la mirada del público estadounidense sobre él, casi con la seguridad de que seguiría influyendo en el manejo político del presidente durante su periodo.

Pero, este 5 de junio, las posibilidades de ver un rol distinto del multimillonario en la Administración Trump se esfumaron. 

En las últimas horas, Musk y Trump han utilizado sus redes sociales para confirmar un quiebre personal y político del que se venía especulando en los últimos días, después de que el sudafricano lanzara fuertes críticas al plan fiscal trumpista, al que ha calificado de "repugnante abominación". 

El presidente, fiel a su estilo político, no recibió las críticas de la mejor manera. Trump dijo estar "decepcionado" con Musk, a quien acusa de "volverse loco" después de saber que su propuesta presupuestaria eliminaría subsidios a la compra de autos eléctricos, además de vaticinar que el próximo movimiento del millonario sería "hablar mal" de su persona.

"Dijo cosas muy bonitas sobre mí y no ha dicho nada malo sobre mí personalmente, pero estoy seguro de que eso será lo próximo. Pero, estoy muy decepcionado con Elon. Le he ayudado mucho", expresó Trump desde la Oficina Oval. 

Justamente, momentos después, el CEO de Tesla utilizó X – de la que es dueño – para recriminar al mandatario. Musk dijo que Trump no habría ganado las elecciones sin su ayuda; afirmó que el presidente sale en los "archivos de Epstein', ligándolo así con el fallecido multimillonario acusado de prostituir a menores de edad; y hasta pidió, indirectamente, su destitución. 

El multimillonario lanzó una larga lista de acusaciones y señalamientos en contra del presidente estadounidense que han sorprendido dentro y fuera del país, además de terminar de enterrar la relación que existía entre ambos. 

Objetivos comunes, métodos distintos

La polémica amistad entre ambos multimillonarios tomó vuelo en julio del año pasado, cuando el sudafricano – que antes había mostrado su inclinación por el Partido Demócrata – respaldó públicamente la candidatura de Trump a la Presidencia, para luego confirmar que entraría al equipo de campaña del líder republicano. 

Musk gastó casi 300 millones de dólares en su apoyo a Trump, entre donaciones y la elaboración de actos de campaña protagonizados por él mismo para capitalizar su entusiasmo por la candidatura republicana entre su público más conectado; hombres, jóvenes y blancos. 

Desde entonces, Musk había sido uno de los más fieles escuderos de Trump. ¿Qué inspiró el apoyo de un multimillonario tecnológico al líder de la derecha estadounidense? Para los expertos, la respuesta está en el interés mutuo por evitar la llegada de la demócrata Kamala Harris al poder en 2024.

"Hubo un acuerdo importante para detener a la candidata de la izquierda, Kamala Harris. Si bien también hay coincidencia en puntos, no necesariamente hay coincidencia completa en su proyecto político", explica Álvaro Iriarte, director de contenidos del Instituto 'Res Pública' de Chile, un centro de estudios políticos y sociales.

Para Iriarte, el origen de la riña entre los multimillonarios está justamente en la génesis de su relación. El analista explica que, en años recientes, Musk se ha identificado políticamente bajo el velo del libertarismo; una ideología que defiende al extremo el libre mercado y aboga por una intervención mínima del Estado, no solo en la economía, sino en la sociedad. 

En contraste, Trump se ubica en un rango más conservador de la derecha estadounidense. "Es una persona que se aparta del consenso mayoritario de la derecha conservadora (...) Trump despliega una acción más enfocada en la intervención estatal que hace más de 10 años no veíamos en la derecha dentro de Estados Unidos", explicó Iriarte en entrevista con France 24. 

A pesar de esas diferencias, ambas figuras identificaron en Kamala Harris y el Partido Demócrata una suerte de 'enemigo en común' que sustentó su alianza política durante la campaña trumpista. Sin embargo, tras la victoria del republicano en noviembre y su investidura en enero, la situación cambió. 

Ya no existía el objetivo común que los unió durante meses y, aunque Trump intentó darle a Musk un lugar central en su Gobierno con la creación del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), la alianza terminó por explotar menos de cinco meses después de su llegada al poder.

La manzana de la discordia: 'La gran y hermosa ley'
 

En el mundo práctico, los desencuentros entre Trump y Musk se materializaron en el proyecto fiscal propuesto por el presidente, su círculo de influencia más cercano y el grueso del Partido Republicano. 

Apodada como 'La gran y hermosa ley' (The great, big, beautiful, bill), la iniciativa trumpista para moldear el presupuesto gubernamental ya fue aprobada por la Cámara de Representantes, y se espera que pase sin problemas por el Senado, ambos controlados por los conservadores.

Pero, lo que debía ser uno de los primeros éxitos legislativos de Trump se convirtió en la tumba de Musk. 

El plan fiscal de Trump está basado en una gran variedad de recortes fiscales, con un corte de hasta 3,8 billones de dólares en impuestos: desde exentar a las propinas de cargas impositivas hasta incluir mayores facilidades para la deducción fiscal a nivel estatal y local. 

No obstante, los recortes fiscales vienen con una evidente reducción en el gasto público, impulsando cambios en las condiciones para recibir el programa de asistencia de cobertura de salud Medicaid y la ayuda a la nutrición, además de reducir los préstamos estudiantiles y eliminar los subsidios a las energías limpias, incluyendo a la compra de automóviles eléctricos.


Una medida que, en principio, parece en extremo alineada con los intereses del libre mercado y la narrativa neoliberal, pero que, para Musk, no es suficiente. 

"La primera crítica pública de Elon Musk al Gobierno de Trump es que, en el fondo, esta ley no es suficiente porque no trae los profundos recortes fiscales que se necesitarían para que se equilibrara el presupuesto y que no fuera perniciosa", detalla Iriarte.

El dueño de X apuntó a que el plan fiscal trumpista no va a ayudar a disminuir el déficit que padece la economía estadounidense, además de que será contraproducente con relación a los "avances" del DOGE en la eficacia de la administración pública; "avances" apalancados en el recorte de fondos para programas humanitarios en regiones vulnerables del planeta, despidos masivos – para luego ser recontratados – y el ataque constante a las finanzas de la educación superior en el país. 

El punto de la discordia, para Iriarte, está en los niveles de desregularización económica que defienden uno y otro.

No es que Trump esté completamente en desacuerdo con reducir la intervención estatal en la economía, es que la posición de Musk está mucho más alejada de lo que dicta la derecha tradicional dentro del Partido Republicano. 

Sobre el futuro del DOGE sin Musk, el analista chileno apunta que sus funciones dentro de la Administración Trump no van a cesar, pero que ahora sí se abre la posibilidad de que el legado que representan esas siglas pueda ser reemplazado.

"Lo que podríamos ver es que Trump disuelva el grupo o le cambie el nombre, pero mantenga sus objetivos dentro de su estructura de Gobierno, de acuerdo con lo que ha dicho hasta ahora", subrayó el director de contenidos del Instituto 'Res Pública'. 

"Síndrome de trastorno por Trump"

Tras su escaramuza virtual, Musk se convierte en el último aliado político trumpista en salir de su Administración y terminar criticando los actos del presidente. Un fenómeno que ha aparecido desde el primer mandato del republicano en 2017 y que, con el ejemplo del sudafricano, continúa en su regreso a la Casa Blanca. 

El mismo Trump ha reconocido el fenómeno, mencionando que algunas personas que abandonan sus Administraciones "echan mucho de menos" ser parte de ellas, por lo que, algunos, "se vuelven hostiles" hacia su persona, lanzando un dardo directo en contra de Musk. El mandatario ha encontrado un nombre para ello. 

"Es una especie de síndrome de trastorno por Trump", dijo el presidente desde la Oficina Oval. 

Y es que el historial de separaciones entre Trump y sus antiguos aliados no es corto. De hecho, su primer mandato estuvo marcado por los constantes cambios en la plantilla gubernamental que rodeaba su oficina, materializando la separación de varios jefes de gabinete, asesores de seguridad, estrategas políticos y demás figuras. 

Nombres como el de John Bolton, Nikki Haley o Mike Pence son algunas de las figuras que, durante años, estuvieron junto al líder republicano, hasta que ciertas diferencias los orillaron a convertirse en férreos críticos del mandatario. Pence llegó a declarar en contra de Trump durante su juicio federal por su papel en el asalto al capitolio en 2021.

Para los expertos, aunque Musk parece que quedará dentro del espectro crítico de las figuras enemistadas con Trump, no tendrá un papel similar al de otros nombres que salieron 'por las malas' de la Casa Blanca.

"A diferencia de otros personajes que participaron en la Administración de Trump que ahora están alejados, Elon Musk tiene su propio ámbito de acción, que es la industria y las nuevas tecnologías, por lo que tiene la oportunidad de mantener contacto con el mundo libertario más allá del Partido Republicano", expresó Iriarte para este medio.

Los perfiles combativos de Musk y Trump siempre pusieron en la mesa una posible confrontación, la cual se había retrasado debido a la agenda común que compartieron durante la campaña y los primeros meses de Presidencia, hasta que sus contrastes ideológicos hicieron imposible la continuación de su alianza. Musk intentó hasta donde Trump lo dejó. 

 

 

France24

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