Un hecho insólito y doloroso conmociona a una familia de comerciante de la ciudad de Añatuya ya que a medida que avanza la investigación por el robo de 140 millones de pesos que sufrieron, la Justicia va descubriendo nuevos elementos o puntos oscuros que agigantan la indignación de las víctimas.

Ayer se llevó acabo una nueva audiencia en el Centro Judicial Añatuya con la presencia de los acusados (joven y su padre y su madre) junto a su abogado defensor, el fiscal Guillermo Farías y la jueza de Control y Garantías, Dra. Ana María González Ruiz. Mientras el abogado defensor solicitó la excarcelación, el fiscal Farías se opuso argumentando que existen riesgos procesales y además hizo mención a que existen pruebas contundentes de que el joven acusado "con el dinero hurtado a su suegro comerciante, estaba montando un corralón en un sector de la ciudad de Añatuya". Este es un dato clave que surgió dentro de la investigación y que tomó fuerza en los últimos días, incluso están llevando a cabo averiguaciones ya que faltaría recuperar una importante cantidad de dinero.

En Añatuya, este caso ha desatado una fuerte repercusión social, especialmente entre comerciantes que ven con preocupación cómo las relaciones personales pueden ser vulneradas por la ambición desmedida.

Ayer, la jueza de Control y Garantías de Añatuya ordenó que los involucrados -el joven junto a sus padres- continúen detenidos otros quince días.

En manos del fiscal de la causa está solicitar la prisión preventiva por plazo de ley ya que hay muchos puntos oscuros que parecen no cerrar en este entramado que conmociona a la "Capital de la Tradición".

Calificativa

Por ahora los involucrados están acusados de hurto calificado, pero el fiscal Farías tendría en sus manos elementos suficientes para solicitar el cambio de calificativa. Esto trascendió en la jornada de ayer tras la audiencia donde estuvieron todas las partes. No sería descabellado el pedido del fiscal pase a ser "asociación ilícita". Aparentemente, los padres del joven habrían estado al tanto del hurto y con el dinero que recibían, adquirieron cosas.

Un yerno "goloso" con la plata, pero del suegro

El acusado es Sergio Villarreal Miranda, un joven que estaba de novio con "Mily" (22), hija de la familia – López Coronel- propietaria de un corralón grande de Añatuya. "Mily" conoció a Sergio hace unos cinco años.

La pareja se puso de novio y el chico se ganó la confianza de sus suegros.

Tanto fue así que, cuando la pareja decidió convivir hace un año, los comerciantes le cedieron una casa familiar en calle Francisco de Aguirre, y sumaron al muchacho como empleado del negocio.

A fines del año pasado, los comerciantes —padres de "Mily"— decidieron guardar parte de las ganancias del corralón y sus ahorros en la casa de su hija. Creyeron que allí estaría más segura que en el comercio.

Lo que vino después se gestó en silencio, durante meses. Sergio comenzó a hacer un "robo hormiga", y después se engolosinó, a tal punto que ya habría tenido intenciones de tener su propio corralón.

El liberal

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