Anthony Ricco, el abogado de Diddy Combs, presentó su renuncia en mitad del juicio al rapero por acusaciones de tráfico de personas y crimen organizado. Aunque no explicó todos los detalles, la salida del letrado, que llegó a defender al mismísimo Osama Bin Laden, deja al cantante en una situación todavía más complicada, con su juicio programado para mayo.

Cuando tu abogado dice "hasta acá llegué"

Sean "Diddy" Combs está metido en aguas oscuras hasta el cuello, y ahora ni su abogado le quiere seguir atajando los penales. Anthony Ricco, un letrado con un currículum más que polémico (sí, defendió a Bin Laden, pero también a terroristas involucrados en los atentados a las embajadas de EE.UU. en 1998 y hasta a un policía en el caso del asesinato de Sean Bell), presentó su renuncia como parte del equipo de defensa del rapero.

En su presentación ante la Corte del Distrito Sur de Nueva York, Ricco fue breve pero contundente. "No puedo seguir representando a Sean Combs de manera efectiva", escribió. Traducción: esto es un barco que se hunde y no pienso irme al fondo con él. Lo más llamativo es que Ricco no dio explicaciones específicas, solo mencionó que había "razones suficientes" protegidas por el privilegio abogado-cliente.

A pesar de esta baja, Combs sigue teniendo un equipo de abogados bien nutrido, entre los cuales están Marc Agnifilo y Teny Geragos. Pero la imagen que deja la renuncia de Ricco es devastadora: si alguien que defendió a terroristas internacionales decide que no hay nada que hacer con vos… bueno, no tiene buena pinta. Y lo peor es que esto no afecta al juicio, ya que el abogado dejó claro que su salida no va a retrasar la fecha de inicio, programada para mayo.

El imperio caído de Diddy

Lo que alguna vez fue un emporio multimillonario de la música, la moda y los negocios hoy se cae a pedazos. Diddy tiene por delante acusaciones gravísimas por tráfico de personas y crimen organizado, que lo vinculan a una red que explotaba mujeres desde al menos 2008. Según la fiscalía, utilizó sus empresas y contactos para facilitar el abuso sistemático de mujeres, un escándalo que lo tiene esperando juicio en una cárcel de Brooklyn.

Pero el equipo de Diddy no se rinde y, en su último intento por desarmar el caso, pidió anular uno de los cargos más pesados: la supuesta violación de la Ley Mann, que prohíbe el traslado de personas entre estados para explotarlas sexualmente. Los abogados argumentan que la norma es racista y que históricamente fue usada para criminalizar a hombres negros exitosos, como el boxeador Jack Johnson y el músico Chuck Berry. En el caso de Combs, la fiscalía sostiene que transportó escorts masculinos entre estados para que tuvieran sexo con sus parejas, algo que su defensa tildó como un servicio legal y consensuado. Mientras su equipo legal trata de librarlo de estas acusaciones, la imagen pública de Diddy se desmorona. En las últimas semanas, salió el documental de NBCUniversal "Diddy: The Making of a Bad Boy", que lo dejó todavía más expuesto, y las redes no le perdonaron nada. Ya perdió contratos millonarios, marcas que llevaban su nombre y, ahora, hasta los abogados que antes defendían terroristas se alejan de él. Si esto no es tocar fondo, se le parece bastante.

U24

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