Sus entusiastas lo consideran un deporte y algunos de sus detractores, una práctica "ridícula", aunque los hay más críticos. El caso es que el discofoot es una realidad desde hace algunos años.

Sin embargo, aunque ambas cuestiones compartan que son cuanto menos peculiares y no dejan indiferente, lo cierto es que solo tienen que ver que son nuevas disciplinas que sorprenden.

El discofoot es prácticar fútbol al ritmo de la música, y cada cual lo desarrolla como mejor se inspira. Francia es la gran cuna del ballet y de fútbol tampoco andan mal, así que ha sido en el país vecino del norte donde esta práctica ha comenzado a proliferar.

Parece ser que la idea de esta disciplina tan extraña surgió durante la Eurocopa de 2016, que se disputó en Francia. La selección gala perdió la final con Portugal por 1-0, pero al menos los franceses ganaron una nueva cuestión atlética medio relacionada con el fútbol.

De hecho, el Centro Pompidou de París ha albergado ya varios torneos de discofoot, organizados por el Ballet de Lorraine. Aquí el objetivo principal no es marcar gol, aunque conviene hacerlo, que para eso la mitad de la disciplina es fútbol; sino ejecutar una buena transición artística que aúne ambas cuestiones.

Eso sí, a juzgar por los vídeos, no hay una pauta concreta a seguir. Cada cual plantea sus bailes por libre y pueden apreciarse cuestiones realmente curiosas, como sentarse en el balón o bailar en torno a él.

En el discofoot el árbitro pasa inadvertido, no así el DJ que se encarga de amenizar la sesión y de provocar diferentes bailes por parte de los participantes. Hay quienes catalogan estas acciones como 'deporte', ya que, al fin y al cabo, ejercico se hace; y otros de los que lo practican se quedan solo en que es algo "muy divertido" y "muy loco".

En todo caso, la competición celebrada el pasado 30 de junio en en la Place de la Comédie de la ciudad gala de Montpellier, que contó con numeroso público, ha sido catalogada como una de las mejores citas hasta el momento de esta práctica tan peculiar.

"¡Siente el funk! ¡Baja y baila! ¡Mueve la cola! ¡Mueve la alfombra! ¡Mueve tu locura!", comentan desde una asociación de fans de este 'deporte'. Y es que en estos partidos no se descansa nunca y se improvisa constantemente hasta que el cuerpo aguante.

Después, tres jueces puntuan las evoluciones de los jugadores dos veces durante el partido, al final de cada tiempo, y su valoración se suma a los goles conseguidos.

Pero los tantos tienen escasa importancia si los bailes han obtenido una buena puntuación. Es decir, se puede ganar el partido sin haber marcado goles si se ha movido el cuerpo como esperan los jueces.

Aquí si le tiras del pelo a un contrario o le das una patada, no tienen por qué penalizarte. Tampoco hay una norma concreta sobre el género de los jugadores y los partidos suelen ser mixtos. Lo único importante es ceñirse al guión de bailar y hacer como que se juega al fútbol de la mejor forma posible. (El Economista).