MUNDO
23 de julio de 2024
Estados Unidos: guardavidas argentino salvó a nueve personas en una playa
Mariano Martínez rescató a todos los miembros de una familia que habían quedado atrapados en las aguas de Lido Beach, en la Florida
“Dejame morir, pero salvá a mi hija”, le imploró una mujer mientras Mariano Martínez luchaba por mantenerla a flote cuando perdía las fuerzas para mantener sus cabezas fuera del agua. Estaban a más de 200 metros de la costa mientras los otros cuatro miembros de la familia también corrían peligro: desesperadas, las personas se sostenían de una especie de tabla.
Con destreza y profesionalismo logrado por la preparación que le fue impartida, en unos 20 minutos, Martínez realizó un rescate sin precedentes: salvó la vida de ocho personas y de una novena, que ingresó al mar para ayudar, pero que estaba perdiendo sus fuerzas.
Desde 2018, Martínez es miembro de la División Guardavidas del Departamento de Bomberos del Condado de Sarasota, y debido a ese accionar se convirtió en los últimos días en el héroe sin capa ni espada. La historia de este argentino llegó a los medios más importantes de los Estados Unidos.
“Cada vez que lo recuerdo me emociona. Se me viene a la mente la cara de esas tres primeras personas porque si hubiera llegado a ellas un minuto y medio más tarde, creo que hubieran sido arrastradas por la corriente... Si me vieras los ojos ahora, verías que están llenos de lágrimas. En ese momento, en medio del rescate, uno no piensa en su propia familia, en quienes están esperando en casa sino en salvar la vida de un desconocido. Y te metés al agua entendiendo que no sabés qué te vas a encontrar al llegar a la persona. Pero comprender hoy que toda esa familia pudo volver a su casa, y con todos sus miembros, debido a mi intervención es lo más lindo que se puede sentir”, le cuenta a Infobae Martínez en una comunicación telefónica.
El heroico rescate
Mariano es oriundo de Berazategui, provincia de Buenos Aires. Cuando veraneaba con su familia en la Costa Bonaerense, pasaba horas mirando a los guardavidas: cómo se movían y cuando entraban corriendo al mar. Siendo un niño se dio cuenta de que eso era lo que quería para su vida. Cuando tuvo la edad suficiente, comenzó su entrenamiento sin imaginar, claro, que 22 años más tarde viviría una experiencia extrema y sería el responsable de uno de los rescates más espectaculares de los Estados Unidos.
Antes de llegar a la península de Florida. el guardavidas cosechó 15 años de experiencia entre Mar de Ajó y Nueva Atlantis, y cerca de 7 años más en Sarasota, donde está actualmente. En 2016, se mudó a los Estados Unidos y desde 2018 es parte del Equipo de Salvavidas del Departamento de Bomberos de ese condado.
El grupo de guardavidas utiliza una app (Pulse Point) para recibir alertas de emergencia en cada una de las playas. La aplicación es el 911 de ellos. Allí recibió el aviso: había personas, cuyas vidas estaban en peligro, por haber quedado atrapadas en una corriente a unos 230 metros de la costa.
“Nosotros trabajamos todo el año de 9 a 17 horas, cuando cerramos las torres y no queda ningún guardavidas en servicio”, inicia el racconto de lo que pasó el sábado 22 de junio, día en que debieron evacuar la playa cerca de las 16.15 por una tormenta tropical muy grande y con descargas eléctricas.
Sin embargo, luego de cerrar la torre, él se quedó en la oficina para esperar a que pasara la tormenta. “Después, decidí quedarme un rato más, como a veces lo hago, para disfrutar un poco la playa. Me gusta caminar por ahí. Eso hacía cuando cerca de las 19.10 recibo una alerta en el celular. Nosotros trabajamos con una aplicación, que es el 911 que tenemos en el teléfono, programado para recibir todas las emergencias de Sarasota. Suena cuando hay emergencias en el agua”, explica.
La mayoría de estos rescatistas, tiene programada esa app para que dé avisos de alerta mientras están de servicio, pero como él es muy apasionado por lo que hace, la tiene activada las 24 horas. “Así fue como a las 7:10 de la tarde me entra en el celular un pedido de rescate en el agua. Escucho que eran dos personas en peligro, entonces corro para agarrar mis elementos de seguridad, que siempre los tengo conmigo”, revive.
Ya en clima de situación, recuerda con detalles: “Corrí hasta el lugar del incidente, más o menos, media milla (unos 800 metros) de donde yo estaba. Cuando llego, sólo tenía un tubo de rescate, que son como los torpedos que se usan en la costa, pero son más finitos y más largos, rectangulares, de un material similar a la goma espuma y flexibles; a la persona la podés abrazar con eso y tiene un cierre que hace que flote sola, esté consciente o no. Bueno, al llegar a la orilla, la gente me empieza a hacer señas: miro para adentro y no supe cuántas eran, en realidad, pero vi que eran varias personas en riesgo. Y me tiré al agua. Ya adentro, encuentro a la primera chica, de unos 17 años, a unos 70 metros de la costa y noté que, prácticamente, ya había dejado de luchar por su vida. Estaba realmente muy cansada”, cuenta y su relato estremece.
El rescate no fue simple ni uno más. En medio de las aguas notó que estaban adentro de una corriente de retorno. “Las personas se habían metido sin saber qué pasaba allí”.
Cuando esa corriente sucede, arma como un callejón en el mar y el agua arrastra para adentro. Este fenómeno sucede cuando se rompe el banco de arena, por lo general debido las tormentas o grandes crecidas del agua y provoca una especie de embudo.
infobae
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