Con un sistema de salud colapsado y un impactante número de muertes de 720 personas por día, un fallecimiento cada dos minutos, Irán decidió imponer una nueva cuarentena de seis días para frenar la nueva ola de coronavirus, especialmente impulsada por la variante delta.

Ante la falta de camas, los médicos están atendiendo a los pacientes en el piso de las salas de guardias y en los autos estacionados en las puertas de los hospitales. En las farmacias se forman filas de varias cuadras para conseguir medicamentos paliativos. Los taxis funcionan como coches fúnebres, transportando cadáveres de los hospitales a los cementerios, y en al menos una ciudad, ya se están cavando fosas comunes porque ya no hay espacio para tumbas individuales. 

“La situación que enfrentamos es más que desastrosa”, dijo Mahdiar Saeedian, un médico de 39 años en Mashhad, la segunda ciudad más grande de Irán. “El sistema de salud está colapsado”.

Incluso durante la guerra de 1980-1988 con Irak, dijo Saeedian, que nació durante ese conflicto, “no fue así”.

Quinta ola

Las autoridades del país, el más afectado por la pandemia en Medio Oriente, vienen notificando un alza de infecciones desde junio y ya hablan de una quinta ola causada por la variante delta. Para contener el avance del coronavirus, el Comité de Lucha contra las Enfermedades acordó este sábado el cierre de oficinas gubernamentales, bancos y negocios no esenciales en todo el país desde el lunes hasta el sábado 21 de agosto inclusive, informó su vocero, Alireza Raisi, a la agencia de prensa oficial Irna.

La Nación

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